Veníamos recomendados por mi madre, enamorada de Baiona y siempre que puede come en este restaurante, fuimos a probar el arroz con vieiras y langostinos, los mismos riquísimos, pero el arroz no sabía a marisco, es verdad que estaba muy rico, pero se notaba el sabor muy especiado como si estuviera hecho con un fume diferente, eso sí el arroz en su punto y rico de sabor. La camarera muy seca pero servicial.