Cuando visité Cantabria, estaba muy claro que quería un homenaje gastronómico también; y si tengo que recomendar un lugar para ello, diría el oso situado en el valle del Líbano, para llegar allí tienes que pasar por el desfile, que aunque suena espeluznante, es hermoso, con las paredes de la roca, las montañas, el verde intenso... Estoy acostumbrado a otro paisaje, esto me pareció ser un gusto Todo, todas las raciones son muy generosas, comen dos personas para la ración real.