Esperábamos que la comida estuviera a la altura de las hermosas vistas, pero eso fue lo que nos decepcionó.Para comenzar, elegimos una mesa exterior, y aunque pedimos comer y beber, se negaron a ponernos un mantel!!!! Ni uno de papel, le preguntamos, y bastante desconcertados, no fue capaz de explicarnos los motivos por los que no se ponía ni un mantel en la mesa exterior. Pues, como pudimos, estuvimos limpiando con geles y pañuelos propios.Lo siguiente es que tampoco se podía traer ningún dispositivo para servir la sidra en el exterior, también sin explicación, aunque esto nos pareció un poco más creíble.Al final, después de bastante rato, nos trajeron lo solicitado: ensalada, pantrucu, calamares, patatas fritas y ración de quesos, más las bebidas.La comida estaba buena pero las raciones muy escasas, por lo que el precio nos pareció bastante elevado y si sumamos las situaciones comentadas, pues, muy satisfechos con la comida no quedamos.Con el paisaje sí, pero nos salió algo caro.