Esperamos un restaurante romántico, íntimo y tranquilo. el jueves, nuestro aniversario, coincide con la música de piano en vivo. Pensé que éramos una oportunidad ineludible para conocerlo. Resulta ser poco menos que un bar pequeño, con un barmaide forzadamente simpático y, para arriba, había familias con niños y una mesa con un grupo de amigos cotorras. Ni siquiera escuches el piano. cero, cero intimidad, cero romanticismo. Vamos, no voy a volver ni loco. Y pensé que no dejarían entrar a los niños o grupos, pero era para las familias. Esperaba algo más que un bar enano pretenciosamente decorado.