Aunque parece pequeña al entrar, el restaurante es muy largo, tiene tres espacios y la terraza del extremo (con techo que abre y cierra) es muy agradable. Pedimos compartir una ensalada correcta, rabia (son espectaculares, el rebote es perfecto y la ración es muy generosa para tan 9 euros) y albóndigas caseras (también muy buena, carne súper suave y salsa muy sabrosa). para terminar, buen café. No cobran el pan, eso siempre es positivo. Buen lugar.