Tiene una estrella pero merece más. el servicio es impecable. los platos sorpresa, muy elaborado, muy creativo, con producto de la zona (incluso langostinos vallesoletanos,) la presentación es preciosa. la muy buena pareja excepto un chateneuf du pape que estaba claramente muriendo. mejor opción con vinos propios. Es mágico cuando te das cuenta de que estás en un lugar con tanta historia en diferentes usos.