Es un local que lleva muchos años sirviendo comidas. Varias estancias separadas (zona de barra y mesas, comedor, terraza) que hacen que no parezca nada agobiante. Decoración entrañable con colección de radios antiguas, máquinas de escribir y otras piezas casi de museo. Disponen de carta, pero a diario tienen tres tipos de menú (menú diario, menú de la Güela, menú cachopo) con una variada y muy apropiada selección de platos. Raciones correctas. Muy buen servicio. No extraña que esté lleno y, sin duda, para repetir y recomendar.