Fui para coger algo de comer justo antes de mi entrada al Guggenheim porque no tenía mucho tiempo y me lo empacaron todo genial, no tardaron demasiado. Pedí el zumo detox del día, que fue lo que me pareció algo más caro, y un burrito vegano pasado por la plancha que estaba increíble; de cantidad es generoso, tiene variedad de ingredientes y bien equilibrados, me gustó mucho el toque picante la verdad. Repetiría para probar algo distinto de la carta y tomarlo en local (del que no tengo imágenes pero me resultó agradable). El aseo era diminuto eso sí. Lo recomiendo.