Es nuestra primera visita a este restaurante, situado en la animada calle Plocia, de Cádiz. Buscábamos un sitio para cenar, y nos pareció que el ambiente de este local era muy acogedor, al menos en las terrazas. Nosotros cenamos en el interior ya que, siendo invierno, y a pesar de las estufas, me resulta terriblemente incómodo tener que comer con el chaquetón puesto. En cualquier cosa, la terracita estaba muy animada.Tanto para calentar como para dar ambiente, las mesas del exterior cuentan con unas pequeñas luminarias que, por lo que conozco, a buen seguro son de bioetanol. Producen una llama alta que crea una atmósfera muy óptima. Es la tónica de los tres restaurantes que hay juntos en el mismo tramo, envueltos en el agradable ambiente de las luces led que rodean los árboles frente a los locales, a los que se suma la luz de las estufas. Tengo entendido que son de la misma empresa.Bueno, a lo que iba: en el interior había mucho sitio libre, por lo que entramos sin reserva. También es cierto que un martes por la noche no suele haber demasiada gente, algo que normalmente buscamos, por la tranquilidad y porque eso nos garantiza un mejor servicio, ya que ni los camareros ni la cocina están agobiados de trabajo.La carta, como viene siendo habitual, te la ofrecen a través de un código QR, por el tema Covid. De todos modos, fastidia un poco pensar que, las personas mayores o que simplemente no tengan esa aplicación en el móvil, no puedan acceder a la carta. Entiendo, en cualquier caso, que es más higiénico.Nos acomodaron en la única zona ocupada, obviamente por razones prácticas, en la que había aproximadamente cinco grupos de mesas. Digo “grupos” porque se trata de mesitas muy pequeñas que ponen de dos en dos. Esa zona del local tiene sillas en la parte exterior y banco o sofá fijo en la parte de la pared. El sitio nos pareció bueno, aunque había cuatro alemanes haciendo un ruido brutal, y nadie en ningún momento fue a llamarles la atención, cosa que me pareció mal; no se trataba de niños pequeños, precisamente y, si uno o varios clientes no saben comportarse, pienso que es deber de los encargados del local darles un toque de atención.En cualquier caso, se marcharon al cabo de media hora o así, por lo que pudimos terminar de cenar relativamente en paz.Nada más entrar nos pusieron una tapa de cortesía, además de traer la consabida cesta de pan y picos. A este respecto, decir que el pan te lo sirven caliente, y es de una calidad inesperada. Muy, muy bueno, crujiente por fuera y con mucha miga. Tiene un sabor muy peculiar, que achaco a algún tipo de cereal extra que no es trigo, pero que no supe identificar.Nos atendieron enseguida, -ya digo que no había mucha gente dentro, aunque la terraza sí que estaba bastante animada-, y pedimos un cuenco de humus de aguacate con chips de plátano para compartir y picar. Como platos principales pedimos un wok de verduras con fideos chinos y un canelón de pollo y puerro con bechamel y mozarela. Cuando llevábamos un rato picando del cuenco de humus, se acercó la camarera para preguntarnos si deseábamos ya el plato principal. Un detalle, pues hay sitios en los que te lo ponen todo junto.La comida nos gustó bastante; el wok de verdura tenía muchos matices y sabores, y el canelón estaba delicioso. Ambos platos tenían la cantidad adecuada, ni mucho ni poco, y estaban servidos también de forma correcta. El servicio fue excelente, y nos marchamos contentos.Por poner una pega, las mini mesas pegadas eran un poco incómodas, ya que la unión de ambas se separaba, lo que hacía que, a efectos prácticos, estuviésemos comiendo en una mesa muy pequeña. También molesta la falta de mantel, a buen seguro por el tema Covid, pero bien podrían poner manteles desechables, ya que resulta un poco desagradable poner los cubiertos en la mesa. Además, como contrapunto tenían servilletas de tela, que jamás usaría para limpiarme en general, y menos con la situación pandémica actual. Tal y como yo lo veo, es un contrasentido que no pongan manteles y sí servilletas de tela.El precio, adecuado. Por cuatro cervezas, un bol de humus de aguacate y los dos platos (además del pan), nos cobraron Así que no es caro ni barato, sino sencillamente con una buena relación calidad-precio.Exceptuando los detalles antes mencionados, el lugar nos gustó mucho, y es más que probable que repitamos.