Fuimos mi marido, mi hija de dos años y yo. Vivimos en Córdoba y siempre pensamos que si no te la metían en la comida, lo harían en la bebida. Pero leímos comentarios y aprovechando que era el cumpleaños de mi marido, no quisimos perder la oportunidad. Y mereció muchísimo la pena. No podemos decir nada negativo. Todo lo contrario. Empezando por el servicio, que fue súper atento, agradable y cercano. Nuestro camarero fue Rafael, un chaval joven al que se le coge cariño desde el primer momento. Con nuestra hija se portó de maravilla. Y hasta tuvo el detalle de pedirle al grupo flamenco que felicitaran a mi marido. Muy buen profesional, muy trabajador y, por lo que pudimos conocer de él, estamos seguros de que ante todo, muy buena persona. La comida exquisita. Estupenda relación calidad-precio. Si vais, tenéis que probar el trampantojos, una tapa que no os podéis perder. Y bueno, qué decir del sitio. Un precioso patio cordobés tradicional que invita a sentirte como en casa. Y a nosotros que nos encanta el flamenco, quedamos maravillados con el pedazo de grupo que actuó. A cuál más profesional. Sin duda alguna, tanto para los que seáis de Córdoba como para los que no, lo recomendamos al No os vais a arrepentir. Muchísimas gracias a todos los que formáis este gran equipo, por el trato recibido y por ponerle tanto amor a vuestro trabajo, que en muchas ocasiones y por desgracia, está tan poco valorado. ¡Repetiremos seguro!