Lugar muy agradable, familiar y de muy buena atención al cliente. Es pet friendly (no hay problema si vas con perro y te ponen agua para ellos sin preguntar). Puedes estar en terraza al aire libre, en terraza techada, en el soportal cerrado por todos los lados y por supuesto, dentro del local, por tanto tienes opciones para todo tipo de gustos y situaciones climatológicas. El camarero jefe, Manuel, siempre nos trata de lujo, así como el resto de personal. La carta no es muy extensa, y ahí radica su ventaja: todo lo que hacen lo hacen bien y no intentan abarcar más de lo que deben. Por ejemplo, las frituras son espectaculares, nada aceitosas y perfectamente rebozadas, mi enhorabuena a la cocina. En resumen, un lugar ideal para comer bien, a buen precio y con un servicio espectacular.