Bien, por mi parte se llevan las estrellas por atención, calidad de productos y limpieza, pero si aceptan una sugerencia, sería de agradecer mucho el poder degustar algún tipo de postre típico de la zona, después de haber disfrutado de una comida de características entrañables. El trato desde que llamé para hacer la reserva (solo una hora antes) y desde que llegamos, éramos adultos con perrillos pequeños, nos prepararon una mesa en sus jardines súper bien cuidados. La comida brutal!!!! Pedimos unas verduras a las brasas y un chuletón de kilos (guarnición =ensalada y patatas fritas) y un vino de la casa total). La camarera muy agradable y siempre dispuesta a ayudar, el cocinero muy atento, se acercó para mostrarnos un par de chuletones para elegir, uno de kilo y el otro de kilo..... se agradece mucho un trato así. Menús solo hacen en temporada baja!!!