Vamos a cenar ahora mismo y es muy bueno. el pero no es posible decir en la carta “bark a la parrilla en la espuma de la patata y llevar el pulpo a la mesa sin una cama de espuma, sin el menor comentario en ella. una vez afirmado, nos traen en un plato de patatas de café cocinadas aplastadas con aceite de oliva y paprika. ¡Un poco serio! En el postre pedimos algunas cañas llenas de crema de chocolate y el chocolate de la cocina a la habitación se ha convertido en toffee. lo que más me duele es haber elegido este restaurante por tener el q de calidad turística, pero entiendo que estas cosas no deben suceder con q o sin q. me da la impresión de que, hasta nunca. por el camino muy hecho a mano la factura, pero en este punto de la vida, no se entiende una nota de categoría de bar de la mala muerte, cuando la persona cubierta es de 50€.