Después de la visita al bosque encantado, fuimos a lugros que está a escasos 2 kilómetros, está situado en la plaza del pueblo, tiene mesas en el exterior con buena atención por parte de los propietarios, hace un día increíble y estuvimos muy bien al sol. De la comida típica de la zona, el queso en aceite espectacular, el lomo muy rico y tierno, la panceta estaba de cine, chorizo y morcilla muy buena sobre todo la morcilla sobresaliente, la ensalada muy buena, la cerveza muy fresquita y tenían quintos y tercios, y también nos pusieron tapas, trato muy cercano y amable. Comimos con 3 o 4 bebidas por cabeza y con café y no llego a las 20€ por cabeza.