Un local, para mi, precioso. Unas sillas comodisimas y unas vistas muy hermosas aunque tiene que gustarte ver la meseta castellana. Dentro del local estuvimos fenomenal porque fuera hacia un calor de escándalo. El restaurante está en el parador de oropesa, un castillo rehabilitado muy bonito. Una pena que hayan dejado un parking en el patio del castillo. Tienen una carta corta con platos con productos de la zona. Nos pusieron un poco de aceite con pan blanco para abrir roca. Muy rico. Pedimos media ración de quesos y unos puerros encebollados . Nos encantaron. Después arroz meloso y magret de pato. El arroz estaba muy rico pero el magret nos pareció gomoso. Bebimos media botella de un Rioja y agua mineral. De postre pedimos una tarta de queso ricota y otro postre que no recuerdo el nombre. Los tomamos con un oporto. Nos gustó mucho ese que no recuerdo el nombre. Los camareros, atentos, educados, nos pareció que hacen muy bien su trabajo. Han tomado medidas de protección frente al covid. Aseos limpios.Me pareció que está adaptado. Pagamos unos euros