Tenemos unos familiares que van frecuentemente a este restaurante, sobretodo en verano o cuando van a la playa y siempre nos hablaban muy bien de la comida.Es un restaurante algo desequilibrado, ya que la cocina es excelente y sorprendente, mientras que el servicio es muy mejorable. La chica que servía a las mesas era muy amable y simpática, pero estaba sola sirviendo, algo de gran mérito pero que repercutía en la espera. Des de fuera parece un local casi de menú, muy normal pero la comida es genial. No llama la atención y la mantelería es de papel. Era un día festivo con un menú de euros con dos platos, bebida, pan y postre, o la opción de comer de la carta. Algunos comieron de menú y algunos de carta pero todos comimos muy bien. Mucho mejor que en Tips que está al lado, por ejemplo. L'arròs senyoret era una maravilla. Lo pideron muchos comensales, y lo probamos todos y es de los mejores que he probado en un restaurante, inclusive restaurantes mucho más caros. El tataki de salmón era para tocar el cielo, sólo por este plato, volveremos. El bistec gustó mucho, así como el peix fregit y el carpaccio de bacallà. El pan era sabroso. De postres, gustaron mucho la crema catalana y el coulant, pero faltaban opciones ligeras como postres a base de yogur o frutas. Los cafés, muy bien presentados. A parte de pescado, hay carne, croquetas, y platos de precios variados. Si tengo que poner algunas pegas es que los pescados del menú tenían muchas espinas, por esto algunos pidieron carta y creo que no estaría mal que uno de los pescados fuese un filete sin espinas. Cuando llegan los clientes, antes de tomar nota, ya tendrían que pedir qué bebida quieren y traerla junto al aperitivo, ya que pasamos sed en la larga espera, si bebes y comes algo, la espera se hace más corta. Creo que les falta profesionalidad en el servicio de mesa. Si mejoraran un poco más el servicio (más personal, mantelereía con más gusto.. seguro que despuntaría en poquísimo tiempo porqué lo básico (la comida) ya lo tienen.