Tasca Las Maranuelas - San Cristobal de La Laguna

buen lugar para ir de picoteo, un lugar encantador

Encantador lugar en el corazón de la caminata acacia

casa antigua muy original, buen ambiente, para mí no es exactamente un restaurante con platos de comida, es en plan de pico, no es barato porque las tapas son normales, pero puedes ir a saber

Este lugar fue descubierto hace años, buscando nuevos sitios. y lo hemos hecho como un sitio de referencia. recomendar a muchas personas. que somos conscientes de que ya han sido. muy bonito lugar, la terraza. el trato siempre amistoso y profesional. la comida muy buena. Siempre hemos sentido que el precio de calidad de ración era adecuado, pero anoche fuimos. y notamos que los precios han aumentado. Creo demasiado en mi opinión. No creo que la situación en Ucrania afecte a un vino voluminoso de la victoria que siempre tienen de la casa. aceptable, pero al litro parece exagerado. Entonces me gustaría una bebida más, y no quedaba nadie. Tengo una copa de vino embotellada. la bebida. tienes que tener algo de contacto cuando sirves, más cuando has sido como cliente durante años. Si no tienes vino, dices, o tomas una copa de vino. Pero tomar una copa es demasiado. algunas alcachofas con abitatas y tacos de un postre ibérico, el polvo uruguayo es mi opinión como cliente durante años. Me parece que han superado los precios. una pena porque es nuestro sitio preferido, pero con estos precios tendrás que pensar en ello para volver. Las cosas han subido en precio pero no tanto.

Una cocina muy personal y exquisita. Atendidos con mucho cariño. Hay que volver!

Lugar muy acogedor y tranquilo. El Servicio fue bueno. Respecto a la comida; aprobado alto. Recomendable el Vitel Tone. Merece la pena una visita. La Relación calidad precio es óptima.

Un local delicioso en un lugar de cuento. Muchas veces he pasado por Guamasa y todas ellas se me ha escapado este lugar discreto, de casas acogedores y piso adoquinado que retrotrae a uno a otro tiempo. El establecimiento es una antigua casa acondicionada como restaurante, y lo han conseguido, con varias estancias y aspecto rústico ofreciendo un lugar acogedor. Hay un pequeño comedor interior y una terraza. Comimos en la terraza perfectamente guarnecida en un día de lluvia y frío que se vio minimizada por el toldo, la estufa y los elementos de madera por doquier. El local es limpio y el servicio voluntarioso. Surtido de platos para dos: unas croquetas de merluza de entrante (que nos invitaron por una equivocación en cocina); unas garbanzas; un bacalao en salsa de tomate acompañado de unas láminas de boniato -el mejor plato-; y unas albóndigas en una salsa de hortalizas muy apetecible con un sabor muy casero. Hay oferta de vinos canarios y del resto del Estado, pero mi acompañante prefirió vino tinto de la casa, que estaba muy aceptable según su gusto. De postre, unos pocos de postres variados de elaboración casera. Elegimos para compartir una tarta de manzana y helado de vainilla, muy aceptable. El café bueno. En definitiva, un lugar muy recomendable con una oferta donde destacan los productos de temporada de la propia huerta del establecimiento. La cocina a la vista y un personal muy amable. El precio me pareció muy correcto y a la altura de lo que se come. Un local que merece las cinco estrellas, con tan solo dos peros: un pan congelado que no está a la altura del sitio, y unas garbanzas muy discretas.

Buenísima la comida, excelentes los postres. Buen ambiente, atención muy buena y la relación calidad precio también muy buena. Volvemos seguro!