Fue un regalo, desde el principio hasta el final, el trato está cerca, te hace sentir cómodo, ves que disfrutan de lo que hacen y quieren que disfrutes de su buena acción. Ellos explican los platos en su detalle, todos eran un deleite, la tortilla de langosta con panceta, el tagliatelle de calamar con trufa, la lubina o la mera, y el poste de desmoronado de zanahoria con helado de coco. Genuine y cardamomo, un placer. no sólo cuidar del producto, el gusto, la estética, los tiempos. mucho para agradecer, en estos tiempos donde te dan tiempo para comer limitado, porque tienen doble turno, aquí tienes el tiempo para deleitarte con la experiencia. Fue una noche encantadora, de aquellos que dejan una marca, reexaminaremos toda la magia que tienes que ofrecer y queremos disfrutar.